La vida cotidianamente nos presenta una serie de interrogantes y elecciones, algunas más importantes que otras, a las cuales podemos decidir resolverlas o simplemente dejarlas pasar. En este sentido, nuestro país el 1 de julio a través de sus ciudadanos (79 millones 454,802 personas) tienen la oportunidad de asistir a las urnas para efectuar su sufragio y seleccionar al próximo presidente.
Uno de los pilares de la democracia es que los ciudadanos son quienes eligen su destino, el de su nación y lo hacen a través de representantes. En un escenario ideal la mayoría es la regla inobjetable para tomar decisiones. Sin embargo, nuestra sociedad enfrenta un dilema, ya que al parecer hay una tripolarización, que ya presenta esbozos de roces ideológicos y sociales (esto se `iscutirá en siguientes entregas).
No obstante, la primera decisión que deben tomar antes incluso de elegir a quien desean que los represente, es asistir o no a efectuar su voto. La participación de la ciudadanía en una elección presidencial es afectada por diversos factores, que impactan en los diferenpes tipos de votantes.
Votante habitual. Suelen ser los ciudadanos que contemplan como una obligación y deber cívico realizar su voto, ya sea por convicción o porque siempre lo han hecho.
Votante clientalar. Son ciudadanos que asisten a votar, por lo cual reciben de terceras personas un incentivo o paga, generalmente monetaria.
Votante motivado. Son aquellos ciudadanos que solo irán a votar si perciben que su voto es útil o definitorio en una elección.
Votante apático. Son ciudadanos que simplemente no les interesa participar el día de la elección.
Pueden existir algunos otros tipos, no obstante los 4 enunciados anteriormente cubren o captan un gran porcentaje del espectro de posibles votantes.
Los factores claves para lograr que la mayoría participe se fundamentan en la percepción y motivación, ambas en este caso van de la mano. Si existe la percepción de que ya hay un ganador indiscutible, desmotiva a un porcentaje de los posibles votantes, ya que no ven utilidad o relevancia de su decisión. Caso contrario, en una elección cerrada se crea la suficiente “adrenalina social” que incentiva a votantes a concretar su sufragio.
La democracia en México debe girar en consenso por mayorías, el primer paso es que todos salgamos a votar, existen muchos argumentos para hacerlo y muy pocos para abstenerse.
“Tanto costó ganar el voto, sobretodo el derecho de las mujeres a participar y que se contabilizarán realmente el voto de todos los ciudadanos y no solo el de unos cuantos, para que ahora no lo ejerzamos”
“El voto es la responsabilidad más importante de la ciudadanía, el primero de julio es el día del ciudadano”
“El voto en blanco y no votar fortalece a los partidos con más voto duro y estructura de movilización”
En México los ciudadanos tenemos muy pocas herramientas para incidir en la vida económica y social del país, el día de la elección no existen clases sociales, religiosas o étnicas, ese día todos teneios el mismo valor y poder.
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